Todo lo que necesitas saber de las fundas nórdicas

 

        Durante décadas, en los hogares españoles, las mantas fueron el fiel compañero en las noches frías. A nadie le sorprendía ver varias capas de mantas pesadas encima de las camas, formando un escudo impenetrable contra el frío. Pero, aunque eficaces, no eran las más cómodas. Dormir con tanto peso podía ser un reto, sobre todo cuando queríamos movernos entre sueños. Y entonces, el nórdico entró en escena.

Originario de los países del norte de Europa, donde los inviernos son largos y fríos, el nórdico se presentó como una solución ligera pero extremadamente cálida. Su relleno, generalmente de plumas o materiales sintéticos, atrapaba el calor de manera eficiente sin la necesidad de múltiples capas. De repente, dijimos adiós a las mantas y hola a la comodidad de un único edredón. Y junto al nórdico, llegó su inseparable compañera: la funda nórdica, ese elemento clave que combina protección, diseño y funcionalidad.

¿Qué hace especial a una funda nórdica?

Las fundas nórdicas no solo protegen el relleno, también decoran la habitación. Son como el "vestido" del nórdico, permitiendo cambiar el estilo del dormitorio con facilidad. Sin embargo, no todas las fundas nórdicas son iguales. La calidad y características de una funda pueden marcar la diferencia entre una noche confortable o una incómoda.

La suavidad de una funda depende de la cantidad de hilos en su tejido. Este número indica lo compacta y fina que es la tela. En nuestras fundas, con entre 150 y 200 hilos, se logra el equilibrio perfecto entre suavidad y resistencia, ideales para un uso diario. Cuanto mayor es la cantidad de hilos, más suave y duradera será la funda. Esto no solo afecta la estética, sino también el confort y la durabilidad a largo plazo.

Materiales ¿cuál es el mejor?

Al elegir una funda nórdica, el material es esencial para garantizar una buena experiencia de descanso. Cada tipo de tejido tiene sus ventajas, y la elección dependerá de tus necesidades y preferencias.

  • Algodón: Transpirable y suave, ideal para evitar el sudor durante la noche.
  • Microfibra: Económica, fácil de mantener y resistente a las arrugas, perfecta para un uso práctico.
  • Mezcla de poliéster: Ligera, resistente y de secado rápido, ideal para quienes buscan durabilidad a buen precio.

Sea cual sea el material que elijas, asegúrate de que sea fácil de lavar, ya que las fundas se cambian frecuentemente para mantener la cama fresca y limpia.

¿Qué medidas elegir?

Elegir la medida correcta de tu funda nórdica es clave para que el relleno se mantenga en su lugar y la cama luzca impecable. Un ajuste adecuado evitará que el nórdico se mueva durante la noche, garantizando un descanso más cómodo. A continuación, te dejamos las medidas más comunes de fundas nórdicas y a qué tamaño de cama corresponden:

  • 150 x 220 cm: Ideal para camas individuales de 90 cm.
  • 180 x 220 cm: Perfecta para camas de 105 cm.
  • 200 x 220 cm: Para camas de matrimonio de 135 cm.
  • 240 x 220 cm: Ajuste perfecto para camas de 150 cm.
  • 260 x 240 cm: Recomendado para camas grandes de 180 cm.

Asegurarte de que la funda se ajuste bien al relleno es esencial para evitar arrugas o espacios vacíos que comprometan tu comodidad.

Un toque final de estilo y confort

Como ves, las fundas nórdicas son mucho más que una simple funda para el edredón. Son la clave para transformar tu cama en un lugar de descanso acogedor y con estilo. Si eliges la funda adecuada, no solo conseguirás una habitación más bonita, sino también el confort que necesitas para descansar cada noche como te mereces. Cambia de funda, cambia de ambiente y disfruta de un descanso inigualable.

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